domingo, 28 de abril de 2019

Quebec en primavera



Hola ¿Qué tal?

Aprovecho el buen clima para visitar ciudades cercanas y pasar un bonito día de primavera. Esta vez le tocó el turno a la ciudad de Quebec, una joya la cual puedo visitar en todas las épocas del año porque es simplemente hermosa. 




Al llegar, lo primero que hicimos fue comer. Nos encanta ir a un restaurante llamado le Cochon Dingue. Ellos mismos se denominan como un bistro parisino 100% quebequense. En pleno corazón del casco histórico este restaurante ofrece unos brunch muy famosos al igual que su menú regular. Como llegamos después de las 2pm, tomamos el menú regular. 




Probé una suculenta sopa de puerros y una entrada que incluía camarones al coco, un rollito primavera de arvejas y una tortita de fondue con salsa de frambuesas. Habían hamburguesas deliciosas además de los típicos "fish and chips". 


Con las pilas cargadas, nos dirigimos al Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec , MNBAQ. El museo está compuesto por un conjunto de edificios que combinan muy bien la modernidad con sitios históricos. 



La arquitectura es preciosa y la distribución de las exhibiciones temporales y permanentes son muy fáciles de recorrer. En el momento que lo visité estaba la bienal  de Quebec así que el tema central era el cuidado del planeta y los recursos renovables. 


Te recomiendo  visites las exhibiciones permanentes que se encuentran en la antigua prisión de la ciudad. Con edificaciones de ladrillos y entradas en forma de arcos, este edificio ofrece salas llenas de obras de artes provenientes de artistas quebequenses icónicos como  Jean Paul Rioppelle, o Alfred Pellan, entre otros.   



A la salida del museo caminamos por la vieja ciudad de Quebec. Encontrar rincones bonitos y disfrutar de los artistas locales es imprescindible al visitar esta ciudad tan bien cuidada. Yo te sugiero caminar y observar todos los detalles incluyendo las ventanas, los faroles, letreros y  murales. Todo es sencillamente precioso. 


Llevo 15 años viviendo en Canadá y nunca me canso de visitar esta ciudad. Mirar el río San Lorenzo desde  el mirador del majestuoso Castillo Frontenac no tiene precio. 


Después de pasar un domingo en esta bella ciudad, regresamos a casa con un atardecer precioso el cual nos acompañó prácticamente durante todo el camino (en esta época del año un atardecer puede durar fácilmente una hora y media :)




Gracias por leerme y hasta la próxima!


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