martes, 28 de noviembre de 2017

Abriendo caminos


Hola ¿Qué tal?

Usualmente no publico los martes pero ya sabes que estos días cercanos a diciembre están llenos de imprevistos y actividades que llenan los días y sobretodo las noches largas de estos lares. Hoy te voy a hablar de una actividad que disfruté el pasado sábado llamada el Skate Fest.


Mi hija Emiliana está en 5to año de  secundaria y como estudia en  un programa internacional, debe presentar un proyecto personal para obtener su diploma. Dicho proyecto personal debe ser una investigación, una publicación o  un evento. En su caso, ella siempre tuvo en mente hacer un evento. 

Desde hace varios años Emi monta patineta junto con su hermana Isabella. Así pues, buscó un evento donde pudiera  introducir este deporte en su colegio ya que pocas niñas lo conocen o practican. 


El mundo de las patinetas tiene su propio lenguaje y códigos. Es un mundo dominado por niños quienes no siempre son los más simpáticos y cordiales en las pistas. Las niñas han formado grupos en las zonas cercanas a Montreal para ayudarse entre sí y así promover este deporte que puede ser practicado por cualquier persona que así lo desee. 


El Skate Fest consistió en pasar la tarde en una pista de patinetas techada.  Todas las niñas quienes quisieran introducirse en el mundo de las patinetas pudieron venir gratuitamente. El alquiler del local fue costeado con la venta de caramelos y chucherías.



Nosotros vivimos al norte de Montreal así que conseguimos una pista techada en Boisbriand llamada  La Suite Extreme. Ellos ofrecieron  un precio muy solidario por el alquiler del lugar durante tres horas. 



Uno de los aspectos más motivadores de la tarde fue la presencia de jóvenes profesionales del skate quienes vinieron expresamente para ayudar a las niñas amateurs. El grupo Les Vagabonnes ayudó a que Emiliana tuviese un evento totalmente exitoso.




Debo mencionar también la ayuda de una tienda de patinetas muy conocida en Montreal llamada Empire.
Dicha tienda donó  dos patinetas y una caja llena de ropa para ser rifada a las participantes del evento. 



Por último, quiero decir lo orgullosa que me sentí de mi hija quien organizó una tarde que será recordada por todas estas jóvenes adolescentes quienes probablemente continuarán montando patineta gracias a este primer encuentro. 




Me encanta saber que poco a poco nos dirigimos a un mundo más igualitario donde estereotipos y prejuicios deben dar paso a una generación más comprensiva y respetuosa. Soy positiva por naturaleza y después del sábado aun más!



Gracias por leerme y hasta la próxima!










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